31 de octubre de 2010

EN LOS TERRENOS DEL TREN, EL PRINCIPAL PROBLEMA ES LA SEGURIDAD DE LOS NENES

En ciertos lugares se colocaron alambrados después de varios accidentes fatales

Cuatro chicos que apenas saben hablar juegan solos entre la basura, a cinco metros de las vías por donde pasa el San Martín cada cinco minutos. Ninguno tiene más de 4 años. Se entretienen jugando a la mamá y el papá. Aunque es mediodía, no hay rastros de sus padres, que se ganan la vida cartoneando. A su alrededor viven unas 40 familias en el asentamiento “Biarritz”, de La Paternal, uno de los tantos que hay sobre terrenos ferroviarios.



El primer problema en esos lugares es la seguridad, especialmente de los más chiquitos. Las empresas concesionarias suelen colocar alambrados, pero casi siempre como respuesta ante un accidente fatal. No es el único motivo que las empujan. “Cuando un tren arrolla un chico o una persona, los familiares suelen hacerle juicio a los maquinistas y también a la empresa”, revelan en la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE), que opera tres líneas.

Los asentamientos sobre las vías también pueden generar “problemas operativos”. “Los maquinistas suelen bajar la velocidad”, explicó el vocero de la UGOFE, Eduardo Montenegro.

En 2008, la Defensoría del Pueblo porteña relevó más de 30 asentamientos: el 54% estaban en terrenos ferroviarios. Muchos ya no existen, según pudo comprobar Clarín . Pero el drama persiste por el histórico déficit de vivienda y hay cortocircuitos entre la Ciudad y la Nación para acercar ayuda.

Con todo, llama la atención la falta de estadísticas oficiales. Desde la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad de Estado (ADIFSE), que hace dos años tomó el control de los terrenos ferroviarios que no están afectados a las concesiones, sólo dijeron que en el país hay unas 400 causas judiciales por tierras ocupadas. El 85% tienen sentencia de desalojo sin efectivizar. “Hay casos que llevan más de 5 años trabados”, abundaron.

En el Ministerio de Desarrollo Social porteño reconocen que no hay un programa especial destinado a ese tipo de asentamientos. Otro problema: la mayoría de sus habitantes residen en Provincia, donde incluso muchos tienen vivienda. A eso se suma que muchas familias están inscriptas en programas sociales que coordina la Nación. Otras, ven la residencia en Capital como una puerta de ingreso a la ayuda local.

Sin embargo, las autoridades porteñas argumentan que en general los habitantes de esos asentamientos esquivan la ayuda estatal y no se quieren ir del lugar, ni siquiera con subsidios. “No aceptan ir a hoteles porque necesitan espacio para acumular sus materiales”, dijeron en la cartera de Maria Eugenia Vidal. Hay pocas excepciones. Hace dos meses, se desalojó un pequeño asentamiento a metros del Shopping Paseo Alcorta, tras un trabajo conjunto entre la empresa TBA y la Ciudad. (Fuente: Clarín)

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