10 de febrero de 2016

Destruir y desmantelar el ferrocarril, es atentar contra el desarrollo de la Nación

Cartas de Lectores

Señor Director de Crónica Ferroviaria

Sigo siempre con suma atención su web, Crónica Ferroviaria, que realmente para quienes tenemos afecto por los ferrocarriles, pero no somos profesionales en la materia, es además educativo. Por razones generacionales, me tocó ver el ocaso del ferrocarril y hoy cuando viajo solo veo ruinas de un pasado de gran trascendencia. Es por ello que el sitio tiene gran relevancia en mantener viva la memoria sobre los trenes.

En un artículo de Crónica Ferroviaria, habla de la inauguración frustrada por evidentes razones electoralistas de la estación del Mercado Central. Una idea genial, dado que acercaría a productores ubicados a grandes distancias de un centro de consumo como el Gran Buenos Aires a escala y con costos razonables. 


Como este caso, también se han anunciado obras, todas generalmente quedan en la nada o paralizadas. Un ejemplo es el Sarmiento. Allí se observan algunas que distan de ser ejecutadas con criterio realista. Por ejemplo, tenemos estaciones nuevas que no se utilizan, mientras que estaciones de gran demanda como Flores, Liniers y Merlo están en un estado lamentable.

Dicha línea tiene una alta demanda, dado que el grueso de las localidades que atraviesa no están bien conectadas con la Ciudad de Buenos Aires, como también las malas comunicaciones entre las diversas líneas de ferrocarriles entre si. Hace años que se esperan medidas para conectar localidades del conurbano, una alternativa a la idea de la actual gestión de invertir la friolera de US$ 1000 millones, en una Estación Central, cuando esos recursos podrían ser empleados para mejorar lo existente, relocalizar los cientos de familias que viven precariamente en terrenos ferroviarios y promover "islas de mejoramiento" alrededor de las estaciones, transformando la realidad de muchas localidades del Gran Buenos Aires.

En el sitio Crónica Ferroviaria también se habló de la crisis terminal de la empresa provincial Ferrobaires, cuyas instalaciones lamentables se pueden ver en Caballito. Es un pésimo error que la Provincia de Buenos Aires no adopte medidas para rescatar su red férrea. Recuerdo el anuncio de resucitar el ramal Avellaneda - La Plata, en un área de 6 millones de habitantes. Vale la pena recordar que las localidades del G.B.A. están pésimamente conectadas con La Plata. Por ejemplo, viajar del Oeste a La Plata es una odisea.

El ferrocarril sigue siendo el medio más apto para solucionar el grave problema de transporte de millones de pasajeros en el Gran Buenos Aires. Su impacto en lo social será más que evidente, además de económico. La renovación del material rodante, vías, infraestructuras generarán millares de empleos.

A veces es incompresible la actitud de nuestros políticos. El ferrocarril ha sido artífice de nuestra unidad en cierto punto, promotor del desarrollo, no sólo por conectar economías regionales con los puertos y grandes centros de consumo, sino que fue promotor de una potente industria pesada.

Destruir y desmantelar el ferrocarril, es atentar contra el desarrollo de la Nación. Atentamente.
Dr. Jorge A. Suárez Saponaro