5 de febrero de 2018

La ola verde llegó al transporte de cargas

Actualidad

Muchas empresas ya han detectado maneras por las que pueden reducir la emisión de gases de efecto invernadero que genera su actividad, bajando costos mientras aportan a la conservación del medio ambiente

Es cada vez más evidente que el clima está cambiando en forma acelerada y dramática", dice Juan Pablo Olsson, coordinador de 350.Org para América Latina, quien señala como un avance ejemplar la decisión del alcalde de Nueva York, Bill De Blasio: "La ciudad ha demandado a cinco grandes petroleras por mil millones de dólares para reparar daños ocasionados por la suba de más de un metro del nivel del mar y las tormentas por efecto del calentamiento global".

En este escenario, muchas empresas ya han detectado maneras por las que pueden reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que genera su actividad, también denominada "huella de carbono" (HC), como un aporte para contribuir a la mitigación del cambio climático, con el atractivo adicional de la reducción de costos y las oportunidades de negocios que van de la mano. "Esta necesidad de cambio tiene diferentes niveles de madurez alrededor del mundo y cada vez más es una exigencia para acceder a determinados mercados", observan en el Centro de Logística y Sostenibilidad (CLYS), un grupo que trabaja para mejorar la sustentabilidad de las cadenas de abastecimiento.


El transporte de cargas es uno de los sectores económicos que más GEI liberan a la atmósfera, y un relevamiento hecho en las tres modalidades más usadas en la Argentina muestra que firmas de todo tipo han comenzado a abordar el tema. Aunque las iniciativas son muy recientes, hay pymes locales que ya han logrado resultados muy positivos.

Ahorro, responsabilidad social y regulaciones

En general, en todas las modalidades se busca primero medir, para conocer la situación inicial, y luego reducir el consumo del combustible fósil, lo que se traduce en ahorro. "La trazabilidad de las emisiones es una exigencia que viene en aumento y que podría incrementarse si se continúan utilizando bonos de carbono; por eso es recomendable, independientemente de la exigencia local, comenzar a adaptar el sistema de gestión", recomiendan en el CLYS.

En ciertos casos particulares hay medidas adicionales que no tienen que ver con un beneficio económico directo, sino que se adoptan por responsabilidad social (propia o de los clientes, que elevan los requerimientos a su cadena de valor) o por la presión regulatoria. Un ejemplo de ello es el grupo Jan de Nul, responsable del mantenimiento de los canales de navegación por los que circula la mayor parte del transporte por agua de la Argentina.

"Algunos constructores de buques consideran el GNL el combustible del futuro porque no emite partículas finas que provocan polución del aire", dice Bob Michta, de la filial en Buenos Aires de Jan de Nul; sin embargo, "tras una larga evaluación dentro de nuestra empresa decidimos que GNL no es la solución porque tanto en la producción como en su cadena logística hay mucha pérdida de metano, que es un gas invernadero 84 veces más potente que el CO2 responsable del 25% del calentamiento global. También tiene otros inconvenientes. Para solucionar el problema de las partículas finas y CO que tiene el gasoil, nuestra empresa desarrolló un sistema de filtros reutilizables que es único. De esta manera superamos la norma más estricta que existe por el momento para navegación fluvial, que es la EURO V ", concluye Michta.

En la reconversión sostenible del transporte marítimo se juega gran parte del reto, porque es el modo más utilizado en el comercio internacional. Entre las medidas adoptadas por Evergreen se encuentra un software de navegación instalado en todos sus buques que optimiza el plan de viaje en función de la meteorología y la distribución de la carga. También han reducido la velocidad y minimizado el agua de lastre, logrando así eficiencia energética.

En Maersk aplican prácticas similares, pero destacan la importancia de involucrar a sus clientes. Los Pactos de Carbono son alianzas de sostenibilidad plurianuales donde Maersk Line se compromete con un objetivo de CO2 específicamente adaptado al negocio de cada cliente. En 2016, firmaron su primer Pacto de Carbono: un acuerdo con Huawei Technologies, estableciendo el compromiso para reducir las emisiones de CO2 de Huawei por contenedor transportado con Maersk Line en un 18% de 2016 a 2020.

"Desde 2015 Maersk Line tiene un pacto de sostenibilidad con la empresa argentina Newsan", informa María Laura Filippello, country representative para la Argentina y Paraguay: "El pacto busca reducir las emisiones de CO2 por contenedor trasladado con Maersk Line en un 8% desde 2016 hasta 2020".

A pequeña escala

En el otro extremo del sector, en cuanto a la escala de operación, se encuentran pymes argentinas de transporte por camión que, con el ingenio y la flexibilidad como principales herramientas, han aplicado mejoras que ya están generando ventajas competitivas.

El primer paso fue el cálculo de la HC al inicio del programa, como línea de base. "Utilizamos el Manual de Cálculo de HC para Transporte de Mercancías por Carretera emitido hace unos años por el Observatorio de Sostenibilidad de España", dice Ernesto Tentori, jefe del sistema de gestión integrado de Zarcam, mientras que en Expressbeer adoptaron el método del GLEC (Global Logistics Emission Council), "aggiornado a la realidad de nuestro país por los especialistas del Centro de Logística y Sustentabilidad; permite obtener una estimación de las toneladas de CO2 generadas a partir de los litros de combustible consumidos, carga transportada y distancia", explica Hugo Portillo, gerente de calidad y procesos de la firma.

"A partir de que logramos parámetros de referencia de emisiones, pudimos identificar no solo las unidades que producían mayor contaminación (y realizar el mantenimiento o reparaciones necesarias), sino también evaluar la efectividad de distintas innovaciones o mejoras para disminuir el consumo, como mantenimientos preventivos más frecuentes, mejoras en la aerodinamia de las unidades (deflectores), limitación electrónica de la velocidad, y capacitación de choferes en conducción económica", enumera Portillo.

Zarcam contó con el apoyo de Mercedes Benz para dar capacitación a sus conductores sobre manejo seguro y sustentable e implementó políticas de motivación para los choferes, donde se incluyen muchos temas de consumo de combustible y seguridad vial.

Ambos transportistas comprobaron resultados positivos enseguida: el consumo de combustible disminuyó entre 7 y 8% en promedio y el principal costo que tuvieron que asumir fue la colocación de los deflectores, a un costo de alrededor de $18.000 aproximadamente por unidad, que Expressbeer recuperó en menos de 3 meses, y por sí solo generó un ahorro de combustible entre 6 y 7%. La capacitación de choferes aportó el 1% restante.

"Limitar la velocidad de los camiones tiene un costo de $1100, también por unidad", cuenta Portillo. "Luego, en el caso de los camiones en los que detectamos desvíos en consumo por cuestiones de inyección, tuvieron que ser reparados a un costo de entre $40.000 y $ 60.000 según el caso".

La contribución a la protección del ambiente va asociada a la eficiencia: A.P.Moeller-Maersk logró un 25% de reducción de CO2 desde 2010, y 42% desde 2007 considerando sólo Maersk Line, con la expectativa de alcanzar el 60% de reducción para 2020. Las reducciones en el transporte automotor, aunque son más modestas, son muy importantes ya que, según precisa Olsson "el transporte de mercancía por carretera es responsable de más del 60% de las emisiones".

En la aerolínea Latam, por su parte, informan una disminución del 27% de emisiones de 2012 a 2016. Para el cálculo, esta compañía se basa en la norma ISO 14.064, el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) desarrollado por el World Resources Institute (WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (Wbcsd) y la Guía del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

La meta de Latam es aumentar la eficiencia en uso de combustible un 1,5% anual hasta 2020. Para ello su programa Fuel Eficiency consta de más de 20 acciones; el consumo promedio del grupo es un 8,3% inferior al promedio registrado por la IATA, organización que propuso para el sector en alcanzar el crecimiento "carbono-neutro" en 2020, y para 2050 reducir a la mitad la HC medida en 2005.

Beneficios de la sostenibilidad

Además del beneficio económico inmediato, las empresas dan testimonio de cómo la gestión de la sostenibilidad pone en marcha un círculo virtuoso. "Haber generado conciencia de este concepto disparó además otros beneficios: una notable baja en siniestros viales, y de roturas por uso indebido", dice el gerente de calidad de Expressbeer.

Entre los dadores de carga, el buen desempeño ambiental de Latam es un criterio diferencial en el proceso de contratación, mientras que en Zarcam ya ven que el mercado comienza a reconocer los esfuerzos: "Hoy día, el cliente Nº 1 nos está solicitando por contrato el cálculo de la HC asociada al servicio que le brindamos", cuenta Tentori.

Es importante advertir que las mejoras están al alcance de todo tipo de empresa y pueden comenzar sin necesidad de grandes inversiones: en el CLYS consideran que "la mayoría de las organizaciones pueden lograr excelentes resultados en la reducción de emisiones y en otras áreas de la sustentabilidad trabajando sobre los procedimientos y en la planificación de las actividades".Alejandro Vicchi para DiarioLaNación.com

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